sábado, 27 de noviembre de 2010

Envidiando a Dorothy

Dorothy cual suave molleja ,
lo indispone todo .
Orientóse con su inquisidora
y turbada mirada
sin querer ser vista ni siquiera
hábil ni cuando estorba
ni cuando disturbia
ni despejándose de soles ni
de decenas dada.


Dorothy , la almeja fracasada ,
invirtió en desmesurados ropajes
y no los vistió.
Ella empuja , disimula roces y
desdibuja capítulos .
Dorothy malintencionada
camina de costado y siempre
se la vé venir igual ( de costado )
Su cara , ( ancha y con cualidades )
es ignorada por el resto que
( como es normal ) camina de frente.

¿Será una manera de ocultar su nobleza ?
Quizás , la tundra la mantenía refrigerada.
Su cerebro , descompuesto, no emanaba vapores
( a pesar de la fecha ) pues el clima
favorable deslumbraba con su eficacia
útil y sincera.

Ahora , aquella desenvuelta molleja con turbante , nos visita y agradece.
Dorothy , incluída en todos los pases y tickets.
Dorothy , nutrida de legumbres
y apoyada en almohadones resplandece.
Búrlase de los que oleaginosas
frecuentan y desprecia decididamente
( aunque sin demostrarlo ) a la
leve masa de individuos carnívoros .


Su simpleza nos resguarda de
habladurías y recovecos.
Ella , sólo ella lo sabe.
Dorothy , inquietante Dorothy.
Espasmos y similares comportamientos
durante la clase de asma.

Dorothy , cual plateada luna de abril
se amontona y regurgita.
Se despide y alaba rememorando
fechas patrias.
Las conmemora sin mirar horarios
ni desprolijidades.
Alumbra más , come ostras
y rinde homenaje a los sirvientes más escurridizos .

la foto

Mar de azules .
Mar de brotes.
Mar de rayas.
La mujer que anoche durmió
con un ojo abierto
camina despacio,
acomodando almohadones que ya están
gastados
por dentro .Por fuera intactos .
Recorre el estar buscando una foto.
La compuesta , la solitaria.
Esa de la mirada eterna , quieta y aburrida.
No está .Se la deben haber llevado
confundida entre los relojes.
Entre los enojos.
Voltea y apaga la luz.
Arrastrando los pies.
Piso lustroso y párpados cansados .
El pasillo se alarga iluminado al costado
por el velador
de la primera a la derecha.
El empapelado se ilumina también
mitad hambre , mitad ilegible.
Es que no es lo mismo,
luz fuerte y penumbra.
Tocan a la puerta.
Ella no la oye.
Abre los ojos
cómoda en la cama mira las 9:00
y ahora tocan a la puerta.
La foto en blanco y negro
se desplaza y
se le viene encima.
Él no se mueve , se deja llevar.
Y ella no lo lamenta ;
no estorba sus movimientos
no simula sus ansias.
El papel frío la despierta.
Se raspa las manos en el borde
tan filoso , y se estremece .
Y lo abraza con fuerza .
Lo abraza , y cuando se acuerda ,
cuando se dá cuenta
despega la foto de su esquina,
la saca al pasillo y le dá
llave a la puerta.
Mareada se duerme.
Ni luz , ni penumbra.
Silencio.